martes, 24 de febrero de 2009

मेर्कादो विसुअल II


El arte de presentar.

Esta forma de comercializar productos, es denominada en inglés "visual merchandising" (mercadeo visual). Es una técnica tan antigua como el comercio mismo. En el vitrinismo se trabaja con el espacio, y la forma. La creatividad del vitrinista y su conocimiento del negocio de su cliente son elementos importantes para conseguir resultados de venta.

Decoración, arte, diseño, arquitectura interior, fotografía, movimiento... son eslabones en este oficio multidisciplinario, pero netamente comercial. Se trata de un paso más de la comunicación con el mercado meta por ello debe encajarse dentro del programa de promoción de todos negocio.

Hermano menor del arte.

A juicio de los profesionales, el vitrinismo es hermano menor del arte, porque tiene algo de pintura -en cuanto al color y la luz-, de escultura -por la estética del volumen-, de música -por sus elementos audiovisuales-, etcétera. Pero no es exclusivamente arte, ya que en realidad se trata de un oficio cuyo cometido esencial es impulsar la venta. De hecho, es su primer objetivo. Si la vitrinas no venden, el objetivo de la vitrina no se consigue.

Una buena vitrina tiene que estar correctamente distribuida, iluminada de día y de noche, con un buen fondo para que guarde la intimidad y no se pierdan las imágenes. Una cuidada combinación del color es fundamental. Debe orientarse en el sentido de circulación de los peatones, sin olvidar que cualquier detalle sirve para recordarle al potencial comprador dónde estaba el artículo que llamó su atención.

Los expertos señalan que un vitrinista debe ser un buen creativo y un buen técnico a la hora de ejecutar su proyecto. Por eso precisa que su formación sea amplia, tanto desde el punto de vista artístico como comercial.

Entre sus obligaciones están la de viajar mucho, asistir a ferias y consultar publicaciones especializadas. El vitrinista necesita actualizar constantemente sus técnicas de trabajo, aunque no siempre consiga poner en práctica sus conocimientos.

Muchos vitrinistas se quejan de que rinden al 50% de su capacidad, porque los comerciantes "no entienden el valor de una vitrina" y no conceden a esta estrategia comercial la importancia que merece. Muchas veces, el pequeño y mediano comerciante se desanima por el costo de estos servicios, el cual puede variar entre los US$300 y $800 dólares por cada vitrina preparada.

Un buen vitrinista se ocupa de situar los productos en la vitrina, en medio de conjuntos de elementos, formados por figuras, estructuras y montajes, que complementan y realzan los productos que se desea vender.

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